Priorizarse sin culpa

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Aprender a priorizarse sin culpa también es una forma de amor

Durante años, Olga creyó que ser buena hija, buena hermana y buena pareja significaba estar siempre disponible.
Era la mediadora, la que sostenía, la que resolvía. Desde pequeña aprendió que su valor estaba en cuidar a los demás, aunque eso implicara olvidarse de sí misma.
Aprender a priorizarse sin culpa no estaba en su vocabulario: cuidar de todos era su forma de sentirse tranquila.

Cuando sus padres se separaron, su madre se vino abajo. Olga apenas tenía cinco años, pero ya entendió que tenía que protegerla. Tapó discusiones, calmó llantos, cuidó a su hermano pequeño y aprendió a anticiparse para evitar más dolor.
Esa niña creció con un mensaje grabado a fuego: si los demás están bien, entonces yo también podré estar tranquila.

Años después, esa dinámica seguía viva. En el trabajo, si algo salía mal, prefería hacerlo todo ella antes que delegar. En casa, se sentía responsable del ánimo de su madre, de los problemas de su hermana, del cansancio de su pareja.
Y cuando intentaba poner límites, aparecía la culpa.
—“No quiero ser egoísta”— se repetía.
Pero lo que llamaba egoísmo era, en realidad, autocuidado.

Hasta que el cuerpo empezó a hablar: infecciones, sarpullidos, ansiedad sin motivo aparente.
Y comprendió que no era que le faltara paciencia, sino que llevaba demasiado tiempo aguantando.

Empezó terapia porque se dio cuenta de que necesitaba cambiar. No para dejar de ser generosa, sino para aprender a priorizarse sin miedo ni culpa.
Descubrió que priorizarse no significa dejar de querer, sino querer de otra forma: sin sacrificio, sin miedo a decepcionar y con más calma interior.

Hoy, Olga sigue aprendiendo a decir “no”, a descansar sin justificarse, a no hacerse cargo de todo.
Y aunque todavía hay días en los que el “me sabe mal” aparece, también hay otros en los que siente orgullo al decir:

“Hoy me elijo a mí.”

Si te has sentido identificada con Olga…

Quizá también estás cargando con más de lo que te corresponde.
En terapia podemos trabajar juntas para que aprendas a poner límites sin culpa y a priorizarte sin miedo a decepcionar a nadie.

📍 Atención presencial en Valencia y online.
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Si esta historia te ha resonado, en mi instagram comparto cada día reflexiones para aprender a cuidarte sin culpa.



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