Hola, me llamo Sara. Hoy te voy a presentar a María y su historia sobre dependencia emocional.

María era una mujer encantadora, siempre dispuesta a ayudar a los demás y con una sonrisa en el rostro que iluminaba cualquier habitación en la que entraba. Sin embargo, detrás de esa fachada de felicidad, María ocultaba un profundo sentimiento de vacío y soledad.

Desde pequeña, María había sido sobreprotegida por sus padres. Siempre le decían lo especial que era y la protegían de cualquier situación que pudiera resultarle difícil. Aunque al principio esto la hacía sentir amada y segura, con el tiempo comenzó a darse cuenta de que no podía tomar decisiones por sí misma y siempre necesitaba la aprobación de los demás.

Cuando María cumplió 25 años, conoció a Juan, un chico encantador que le hizo sentirse especial. Desde el primer momento, María se sintió completamente enamorada de él y estaba convencida de que Juan era el amor de su vida. Sin embargo, su relación pronto se convirtió en una fuente de dolor y angustia para María.

A medida que pasaba el tiempo, María comenzó a depender cada vez más de Juan para sentirse bien consigo misma. Constantemente buscaba su aprobación y se sentía ansiosa cuando no estaba cerca de él. Incluso cuando Juan la trataba mal o la ignoraba, María seguía aferrada a él, convencida de que sin él no sería nada.

Un día, Juan decidió terminar la relación con María. Para María, fue como si el mundo se derrumbara a su alrededor. Experimentó un profundo sentimiento de desamparo y vacío, como si una parte de ella hubiera desaparecido. Sin embargo, en lugar de enfrentarse a sus emociones, María decidió buscar rápidamente otra relación para llenar el vacío que había dejado Juan.

A lo largo de los años, María pasó de una relación a otra, buscando desesperadamente el amor y la aceptación que nunca había recibido de niña. Sin embargo, cuanto más buscaba fuera de sí misma, más vacía se sentía por dentro.

Finalmente, María decidió buscar ayuda y comenzar terapia para tratar su dependencia emocional. A través de la terapia, aprendió a amarse a sí misma, a establecer límites saludables en sus relaciones y a encontrar la felicidad dentro de sí misma. Aunque el camino no fue fácil, María finalmente encontró la paz interior que tanto había anhelado y descubrió que el verdadero amor comienza por uno mismo.

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